Cristo Viviente revive la pasion y muerte de Jesús

El tradicional viacrucis de “Cristo Viviente” cautivó una vez más a los habitantes de Ciudad Bolívar, convirtiendo el emblemático Cerro El Zamuro, ubicado en la parroquia Catedral, en un escenario natural lleno de emoción y espiritualidad.

Esta representación, que ha sido parte integral de la cultura local durante más de dos décadas, revive la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, resonando profundamente en el corazón de los bolivarenses.

Con más de 150 actores locales, la puesta en escena transportó a más de 700 espectadores a los momentos más cruciales de la fe cristiana. Desde la entrada triunfal a Jerusalén, donde el pueblo aclamó a Jesús con palmas y vítores, hasta la dolorosa crucifixión y la gloriosa resurrección, cada escena fue interpretada con fervor y dedicación.

Esta experiencia no solo es un espectáculo visual, sino un viaje espiritual que invita a la reflexión sobre el significado de la Semana Mayor.

La realización del “Cristo Viviente” es un esfuerzo conjunto que refleja el compromiso con la promoción y protección de la cultura y tradiciones venezolanas, respaldado por el presidente Nicolás Maduro a través de la Gobernación del estado Bolívar.

Este apoyo gubernamental ha sido fundamental para que esta manifestación religiosa y cultural continúe creciendo, fortaleciendo la fe cristiana en la comunidad y atrayendo a un público cada vez mayor.

La calidad de la actuación, el vestuario y la ambientación contribuyeron a crear una atmósfera de recogimiento y espiritualidad, dejando una profunda huella en los corazones de los presentes. Neptali Hurtado, secretario de Cultura del estado Bolívar, expresó: “Es una experiencia muy emotiva poder presenciar esta representación. Te hace reflexionar sobre el sacrificio de Jesús y fortalece nuestra fe”.

La representación de “Cristo Viviente” se consolida como una actividad central de la Semana Santa en Ciudad Bolívar, uniendo a la comunidad en fe y tradición.

Este evento no solo reafirma el talento artístico y cultural de la región, sino que también fomenta un sentido de pertenencia y unidad entre los habitantes. Con cada edición, el “Cristo Viviente” se convierte en un faro de esperanza y espiritualidad, recordando a todos que la fe y las tradiciones son el alma de la comunidad bolivarense.