En diciembre de 1999, el mundo se conmocionó al ver cómo las lluvias ocasionaron uno de los desastres más significativos de Venezuela. La tragedia de Vargas quedó marcada en la mente no solo de sus afectados, sino también de millones de personas que hasta hoy lamentan lo ocurrido.
Los medios de comunicación fueron los encargados de reportar minuciosamente todo lo que ocurría en aquel episodio «cuando la montaña se tragó al mar», tal como lo han descrito a lo largo de los años.
Entre los periodistas más destacados se encontraba Isnardo Bravo, que incansablemente durante muchas horas, ofreció detalles a través de las pantallas de RCTV. Por tal motivo, fueron muchas las experiencias lamentables que tuvo que presenciar y, una de ellas, la recordó recientemente.
Un conmovedor encuentro
En su cuenta de Instagram, el periodista venezolano compartió una fotografía junto a Laurimar, una estudiante de la Universidad Central de Venezuela que en días recientes lo vio en la casa de estudios y no pudo evitar contarle un anécdota de aquella catástrofe.
En el relato, Bravo menciona que, la chica que actualmente estudia actuación le contó que para la tragedia de Vargas tenía solo 11 años y junto con su mamá fue rescatada de los campos de golf y, una vez que fueron llevadas a un lugar seguro, tuvieron un encuentro con él.
«Como era una niña, por supuesto no la recordaba, pero me aseguró que ella y su madre fueron abordadas por mí cuando llegaron en helicóptero a Maiquetía», escribe el comunicador.
Según lo narrado por Laurimar, su madre nunca olvidó ese momento porque «eso permitió que mi papá supiera que estábamos vivas». Asimismo, la estudiante le recordó a Isnardo que, en aquel momento él tenía los ojos llorosos por lo duro que la estaban pasando.
«Le dije que me diera un abrazo y lo hizo con mucho cariño. Luego le pedí permiso para contar lo ocurrido y publicar esta foto», añade el periodista.
Finalmente, reflexionó acerca de la importancia del periodismo en la vida de muchos. «Eventos como estos me ratifican que mi golpeada profesión sigue siendo una bendición en mi vida y por lo que veo en la vida de otros».