Al menos 39 personas murieron en la Franja de Gaza por una nueva incursión israelí, informó el Ministerio de Salud del enclave, controlado por el movimiento palestino Hamás.
De acuerdo con el ministerio, 39 personas murieron en las últimas 24 horas y se encontraron dos cadáveres entre los escombros. Varios cuerpos más permanecen enterrados bajo las ruinas o tirados en las calles, y el Ejército israelí impide el acceso a los equipos de primeros auxilios y de defensa civil debido a los bombardeos de la ocupación israelí.
«Los hospitales de la Franja de Gaza han alcanzado 41 mártires y 61 heridos«, detalló la cartera a través de un comunicado.
Uno de los bombardeos impactó en el edificio de emergencias del complejo médico Nasser, ubicado en Khan Younis, al sur de la Franja de Gaza. El ataque, que según reportes preliminares mató a dos personas e hirió a otras ocho, desató un incendio en esa área del nosocomio.
Cancillería palestina condenó destrucción de hospital en Gaza
La Cancillería palestina condenó hoy la destrucción, por parte del Ejército israelí, del Hospital de Amistad Turco-Palestino, el único dedicado al tratamiento de pacientes con cáncer en la Franja de Gaza.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados afirmó en un comunicado que destruir centros médicos o atacar al personal sanitario constituyen crímenes de guerra y de lesa humanidad, punibles por el derecho internacional.
Se trata de un intento sistemático de profundizar el genocidio y el desplazamiento de nuestro pueblo, subrayó.
El texto estimó que esa estrategia “se enmarca en la política de la ocupación (Israel) de utilizar el hambre, la sed, la privación de atención médica y de los derechos humanos fundamentales como armas de guerra”.
El silencio y la inacción de la comunidad internacional se convirtieron en una tapadera para la continuación de la guerra impulsada por el gobierno de Benjamin Netanyahu, estimó.
Horas antes, el Ministerio de Salud del enclave también denunció la voladura del centro médico y afirmó que esa acción confirma la política de genocidio que impulsa Netanyahu.
Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) calificó la demolición del complejo como un “acto sádico que refleja su barbarie y su persistencia en cometer actos de genocidio contra el pueblo palestino”.
La milicia palestina señaló que esos ataques cuentan con el respaldo de Estados Unidos y criticó el desprecio de Washington a las normas internacionales.
Ante esa situación, Hamas instó a la Corte Internacional de Justicia y a la Corte Penal Internacional a emprender acciones legales contra Israel y sus dirigentes.
El Ejército israelí dinamitó el viernes el hospital al acusar al grupo armado de utilizarlo supuestamente como cuartel general.
Videos divulgados en las redes sociales mostraron imágenes de numerosas explosiones del recinto durante una aparente detonación controlada, que fue completamente demolido como resultado.
La instalación fue ocupada durante meses por las tropas israelíes y estaba ubicada en el llamado corredor de Netzarim, que corta en dos a la Franja de Gaza.
Del 19 de enero al 1 de marzo en la Franja de Gaza rigió un alto el fuego en el marco del acuerdo entre Israel y Hamás sobre la liberación de rehenes israelíes a cambio de presos palestinos. Durante seis semanas, los grupos palestinos liberaron a 30 rehenes vivos y entregaron los cuerpos de ocho fallecidos. A su vez, Israel puso en libertad a unos 1.700 presos palestinos y retiró tropas desde el interior de la Franja de Gaza.
Al expirar oficialmente la tregua, las hostilidades seguían sin reanudarse por los intentos de los mediadores de involucrar a las partes en unas negociaciones continuas sobre un acuerdo en Gaza. Sin embargo, Israel dejó de suministrar electricidad a la planta desalinizadora en Gaza y cerró el acceso a la entrada de camiones de ayuda humanitaria al enclave. Para la fecha, Hamás aún retiene en la Franja a 59 rehenes, la mitad de los cuales oficialmente se dieron por muertos.