Con la llegada de diciembre, las calles y corazones de los guayaneses empiezan a vestirse de colores y luces, marcando así el inicio de un periodo cargado de emociones. Este año, más que nunca, la celebración del tiempo de adviento se ha transformado en un momento de reflexión profunda y fortalecimiento de los lazos comunitarios. En un año lleno de desafíos, las festividades se convierten en una oportunidad invaluable para unir a la comunidad bajo un mismo propósito: la esperanza.
Una misa de acción de gracias como símbolo de unión
El gobernador del estado Bolívar, Ángel Marcano, junto al alcalde Tito Oviedo, encabezaron recientemente una misa de acción de gracias en el parque Cachamay. Este evento, que reunió a líderes sociales y ciudadanos, fue un reflejo del compromiso de los guayaneses con el fortalecimiento de la paz y la reconciliación en la región. Oficiada por el padre Manuel Díaz, la ceremonia resaltó la importancia del respeto y la tolerancia como pilares esenciales para la transformación del país.
Renovación de la fe y la voz comunitaria
Durante esta emotiva celebración, los guayaneses elevaron su voz de clamor ante Dios, buscando la unión de los pueblos y la transformación de Venezuela. El padre Díaz hizo un llamado sentido a mantener la paz y a renovar las esperanzas que habitan en los corazones. En este contexto, la unión se manifiesta no solo en actos simbólicos, sino también en el deseo colectivo de construir un futuro mejor, donde la fe y la comunidad caminen de la mano.